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Mostrando las entradas de febrero, 2022

Rojito, otra ser sintiente que se roba una chispa de vida de otra animal humano

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         Acabo de enterrar a mi gato Rojito en el patio. Hice un agujero como de .70 mts y lo envolví, al pobre, en la mejor camisa que yo tenía, mejor dicho en mi camisa favorita. una camiseta negra que mostraba a Odiseo y Telémaco cruzando el universo. Pasé cuidando a Rojito un aproximado de dos semanas ya que el cáncer de repente lo puso bien grave. Unos días antes se veía tan bien, que uno nunca se hubiera imaginado que tuviera un tumor en estado avanzado en la lengua, pero de repente cayo grave.           Inicialmente, le ponía sus croquetas en agua para que se le ablandaran y se las pudiera comer. Cuando ya eso no fue posible, le empecé a dar sardinas porque la carne viene más blandita, luego le daba huevos tibios para que sólo se los pudiera tragar sin mayor esfuerzo. Pero llegó un momento, en el que ya ni eso podía hacer el pobre, así que lo tuve que llevar a la veterinaria para que lo vieran con la esperanza de hacer algo p...

Hambre y miseria del pueblo salvadoreño en el régimen de Bukele, el chiviador de bitcoins

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Ayer salí a la calle y la realidad de la crisis económica salvadoreña me abofeteó por lo menos unas tres veces... ...y sí hablo de esa crisis económica que Bukele y sus ministros tratan con apatía y desinterés, lo cual tiene sentido, pues si los ministros de Bukele comen frito por venderse al régimen, no es posible que sientan ninguna empatía por la miseria del pueblo salvadoreño.       Así que salí y fui a la universidad. Cuando llegué al campus, lo primero que hice fue comprarme el típico licuado de naranja con zapote que tanto me gusta tomar para mitigar el calor. ¡Increíble, de valer un $1.25 su preció había subido a $1.60! ¿pero qué podía hacer con mi sed?, ni modo que la aguantara y dejará que la insolación acabara con mi vida-aclaración, admito que estoy siendo un poco dramático.       Cuando terminé mis tramites en el campus, la panza se encargó de recordarme que eran las doce y fui a comprar el almuerzo. Hice línea, me subí la mascarilla ...