Intelectuales y el menosprecio a las clases trabajadoras

 

                Muchos intelectuales subestiman a la gente común pero a veces no tienen ni la mitad de las habilidades de los segundos. Aquí viene un señor a dejarme el gas, él es una persona muy humilde y sin educación y es un hombre de pocas palabras. ¡¡Pero adivinen qué es capaz de hacer!!

         Como él no tiene donde apuntar notas, se memoriza los códigos de usuarios y los números de nueve dígitos de las tarjetas de subsidio del gas de cada cliente al que le lleva el embace de gas propano. Eso implica que al final del día sea memorizado muchos números extremadamente largos de los clientes a los que les realiza la entrega.

        Cuando llega a la oficina, me cuenta que le da los números de nueve dígitos a la secretaria de memoria para que lleven el control de los subsidios del gas que destruyen aquí en toda la colonia. ¡¡Wow, si hubiera tenido oportunidades de estudio de seguro este señor hubiera sido un gran matemático!!

Llega a tu casa con el tambo de gas, le pagas. Luego, él te pide la tarjeta, revisa el número y en unos cuatro segundos se lo memoriza. ¡¡Ya quisieran muchos intelectuales de pacotillas tener las capacidades de esta gente que pasan desapercibidas en el mundo, teniendo inmensos potenciales!!

Noam Chomsky, en uno de sus artículos, en una ocasión mencionó que las personas comunes -entiéndase clases subalternas y vilipendiadas- a veces resuelven en la cotidianidad de sus vidas problemas mucho más complejos que todos aquellos con los que trabajan y se enfrentan los intelectuales.

Carlos Alfredo Flores....C.A.F.