Dolor de muelas político en El Salvador

            Hoy me tocó dar clases con un terrible dolor de muelas, pero para que el dolor no me humillara en vez de quejarme cada vez que me daban sendos piquetazos de dolor, decidí fusionarme con el mismo y decidí proponerme sentirlo a fondo. Así que me daban piquetazos que desde la muela me llegaban hasta el cráneo. Esa era el momento para concentrarme para disfrutar el dolor y para sentirlo hasta los tuétanos, así, cada vez, que sentía que la muela me desgarraba, no hacía otra cosa que morirme de la risa. Por un momento pensé, "Qué mande todo el dolor posible, este maldito elemento corpóreo que yo estoy dispuesto a disfrutarlo, aunque me lleve a la misma muerte." El estoicismo nos enseña a vivir el dolor con dignidad, pues la vida es una tragedia y tarde o temprano, termina en dolor. Siempre he admirado a los antiguos romanos y esa forma tan determinada con la que se lanzaban hacia la muerte sin importar nada, !he allí gente, mejor dicho ciudadanos dignos de admirar!

Cuándo estaba pequeño con los vecinos, nos subíamos en el tren y después nos tirábamos y salíamos corriendo hacia el frente para instintivamente vencer la inercia. En una ocasión, la cosa se puso interesante: me lancé del tren y al correr me tropecé con uno de los durmientes por lo cual terminé doblándome los dedos centrales de la mano izquierda. !!Cosa terrible para un zurdo!!
La cuestión es que mi mamá se enojo y por una semana no me llevó al doctor. Allí pasé con los dedos como camotes y sintiendo los calambres y la tortura de los músculos desgarrados. Lo divertido de la cosa es que decidí no sentir dolor y decidí no quejarme, me dije, enojado con migo mismo: "...cada vez que me duela me voy a reír." Me daba las grandes carcajadas por momentos y me mamá me preguntaba que me pasaba. Yo le comenté que el dolor me hacía reír. Ha lo que me comentó: "Vos estás loco con el dolor uno se queja no se ríe." Eso era lo que hoy llamo un dolor hilarante, muy pero muy hilarante.
Ya así saliendo de mis locuras, lo que si no creo poder soportar son las torturas, me refiero a esas torturas que en las cárceles de Bukele han matado a más de 300 personas. Creo que la naturaleza da dolor dosificado y dolor que se puede soportar si uno se lo propone, pero con los verdugos de Bukele esa no puede ser la situación, pues saben y conocen las mil mañas para ocasionar dolor insoportable en las personas, tan insoportable que los llevan a la muerte...una muerte que se ha llevado a muchas personas inocentes que cayeron presas del régimen de excepción en las mazmorras del amo y señor de los torturadores, Bukele. A eso le tengo miedo y no creo poder soportar. ¿A la tortura? Yo diría al torturador asesino que hoy rige nuestro país.

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